Mi pueblo y mi ciudad

Nací hace 40 años en Navarra, no por casualidad si no porque en las Navidades del 70 nació mi hermana y cayó una gran nevada que impidió que mis abuelos pudiesen venir a conocer al nuevo miembro de la familia, así que mi madre dijo que si tenía otro hijo nacería allí, cerca de toda la familia.

Y así fue, pocos días antes de dar a luz allí que se fue mi madre y allí que nací.

Por mis venas corre sangre navarra por todas partes. Oigo una jota o mejor dicho jotica, y se me pone carne de gallina. Pero me pasa lo mismo con el día de San Sebastián. El primer porrompompón de los tambores a las 0.00 del día 20 de enero es algo que sólo los de aquí sentimos y entendemos.

Que se junten varias tamborradas en frente del Ayuntamiento con unos dantzaris bailando el “Sebastian bat bada zeruan” me emociona hasta llorar y sí, ya sé que soy de lágrima fácil pero pocas cosas me gustan tanto como ese momento.

Otro día que me gusta mucho es el día de Santo Tomás. Esos talos con txistorra o queso saben a Gloria pero si tengo que elegir un plato, donde estén las borrajas que hacía mi madre que se quite lo demás.

Dicen que uno es de donde pace, no de donde nace pero yo creo que se puede ser de los dos sitios y si me apuras de alguno más también. Por qué hay que elegir?

A mí el pueblo de mi familia (y mío) me hace sentir como en casa. Tengo unos recuerdos de mi infancia y juventud increíbles y creo que todos deberíamos tener un pueblo de referencia. Ya lo dice Luciabe , “Tu pueblo is always a good idea.” Yo tengo mi pueblo y tengo mi ciudad y no los cambio por nada. No tiene nada que ver la vida en un pueblo con la vida en una ciudad y el hecho de haber podido disfrutar de ambos me parece súper importante y es algo que también quiero que vivan mis hijos.

Recuerdo que de pequeña mi abuelo nos contaba una historia de esas suyas. Nos decía que en la guerra le iban a disparar y que apareció por ahí San Francisco Javier y le dijo al enemigo que a su amigo José  (mi abuelo) no le matase y que entonces el enemigo le hizo caso y no le mató… Historias que de pequeña te crees y juras que pasó cuando se lo cuentas a tus amigas.

No sé si será porque San Francisco Javier “salvó” a mi abuelo, porque es el patrón de Navarra o porque en mi familia hay muchos Javier, tíos, primos pero es un nombre que siempre me ha dado mucha confianza. Casualidad o no, mis médicos de referencia, ginecólogo y dentista se llaman Javier.  Tengo varios amigos que también se llaman Javier y os podéis imaginar cómo se llama mi hijo.

Este domingo es su día, su Santo así que aprovecho para felicitarles a todos.

Aquí en casa pensamos que siempre hay algo que celebrar así que celebraremos que es el día de los navarros, el santo de mi chico guapo y celebraremos que estamos juntos. No hace falta mucho más.

Besos