Mujer y emprendedora

Allá por 1995 empecé la carrera de Empresariales. No tenía muy claro qué quería estudiar. Sí que sabía que quería hacer algo que tuviese relación con la moda pero tal y como me dijo mi madre, “primero estudias y luego haces lo que quieras”. Las madres saben mucho. 😉

Estudiando empresariales, descubrí el marketing y me especialicé en esa rama.

El último año de carrera lo compaginé con un curso de Diseño de moda, al cual siguió un Postgrado de Experta en Dirección y Comunicación de empresas de Moda en la Universidad de La Coruña que me permitió conocer más de cerca a empresarios, diseñadores y trabajadores del mundo textil. Estuve en el famoso edifico de Zara, en Arteixo y flipé con la que por aquel entonces tenían montado. Imaginaos cómo es todo eso ahora…

Después de hacer prácticas en un par de empresas de allí, volví a casa y empecé a trabajar con una diseñadora de moda muy conocida en Bilbao. Acabé en otra marca de moda textil vasca donde aprendí mucho. Me casé, tuve mi primera hija y cuando volví de la baja de maternidad de mi segundo hijo me invitaron a irme de la empresa. Justamente en esa empresa fue donde empecé a tener relación con redactoras y estilistas de los medios más importantes a nivel nacional así que cuando supieron de mi despido me animaron a montar algo por mi cuenta.

Tenía paro, un bebé de 5 meses y una hija de casi 3 años así que decidí darme una tregua y disfrutar de los dos antes de embarcarme en eso de emprender.

Fue una época complicada teniendo en cuenta que mi madre estaba enferma con un cáncer que después de mucha lucha (4 años) pudo con ella.

Volví a ser madre, busqué trabajo pero no hubo nada que me llamase la atención así que finalmente decidí emprender.

Empecé muy poco a poco tal y como os conté en el primer post que escribí que os dejo aquí por si os apetece volver a leerlo. ASÍ EMPEZÓ TODO

No fue fácil pero creo que no he oído a nadie decir que emprender está chupado y que todo el mundo puede hacerlo.

Emprender es difícil y más si eres mujer. Si le añades que eres madre la dificultad va en aumento porque tu trabajo pasa a ser otro hijo más que te quita tiempo de estar con tus hijos y entonces te sientes mal por un lado, porque no les estás dedicando el tiempo necesario a tus hijos y mal por otro porque no le estás dedicando el tiempo suficiente a tu proyecto y entonces igual no consigues que salga adelante.

Vamos, la pescadilla que se muerde la cola.

Emprender requiere valentía. Si el jefe no me hubiese animado y apoyado no sé si habría sido capaz de hacerlo.

Emprender implica soledad porque al principio no tienes un duro y te ves en la necesidad de hacerlo tú todo. Te conviertes en mujer orquesta y te faltan manos para hacer todas las cosas que se te pasan por la cabeza y que no puedes hacer sola, con lo cual al final tienes que pedir ayuda. Una ayuda necesaria porque emprender solo es imposible.

Emprender es no tener horarios y levantarte y acostarte pensando en lo que tienes que hacer al día siguiente. Si trabajas desde casa porque tienes la oficina en casa y si trabajas en una oficina da igual porque siempre (hablo por mí) te acabas llevando tareas a casa por si tienes tiempo entre extra escolares, baños y cenas, de terminar algo importante.

Emprender da miedo pero cuando ves que las cosas van saliendo la satisfacción que tienes es indescriptible.

Siempre he dicho que me habría encantado que mi madre hubiese conocido de cerca Fascom comunicación porque aunque siempre estuvo súper orgullosa de sus hijas, lo habría estado aún más ;-).

Una vez escribí que emprender es como un matrimonio. En lo bueno, en lo malo, en la salud y en la enfermedad. Y es así realmente.

Emprender como todo tiene sus días malos pero los buenos son tan buenos que compensan todo.

Emprender requiere formación continua porque todo avanza y con tanta tecnología y RRSS si no te renuevas no tienes nada que hacer. También requiere leer mucho para inspirarte y sobre todo requiere rodearte de personas que te aporten y no sólo ideas, sino que te aporten felicidad, alegría y agradecimiento.

Para emprender hay que saber decir que no porque no se puede decir a todo que sí; hay que saber levantarse cuando te caes y volver a levantarte si te vuelves a caer.

Han pasado ya unos 7 años desde que decidí meterme en este sarao. Empecé con mucha ilusión y con muchas ganas. He conocido gente increíble, marcas llenas de ese encanto que tanto me gustan. Algunas por desgracia no pudieron seguir adelante pero otras sí y aquí siguen luchando todos los días por cumplir sus sueños y es que, que un sueño no se te cumpla no quiere decir que tengas que dejar de soñar.

Emprender es la mejor decisión que he tomado en toda mi vida.

Sueña  a lo grande y si tienes un proyecto en mente lucha por él. No será fácil pero tampoco imposible y te aseguro que compensa.

Feliz día a todas las mujeres emprendedoras!!! Seguid soñando, seguid luchando!

Aprovecho también para dar las gracias a todas las emprendedoras que me acompañan en esta aventura! Sin vosotras esto no sería posible!

Besos